“… porque un poco de verano, hace que todo el año valga la pena.” John Mayer
La radiación solar, o lo que comúnmente llamamos luz, es la energía que proviene de nuestra estrella central, el sol. Esta radiación puede dividirse en distintas zonas, que van desde rayos gamma hasta ondas de radio. La zona que nos interesa en este artículo es la comprendida por la luz visible y, fundamentalmente, por los rayos UV. Estos últimos son aquellos que producen efectos indeseables en nuestra piel luego de exponernos sin protección y de manera prolongada. Con respecto a la luz visible y los efectos nocivos sobre nuestra piel, puedes encontrar en nuestro blog toda la información en el artículo “Luz azul (HEV)”.
Durante el verano, los rayos solares inciden en la tierra de manera más directa debido a la inclinación de ésta con respecto al sol. Este efecto se acentúa en determinadas horas del día dependiendo de la geografía en cuestión, nubosidad o el efecto del viento, pero generalmente sucede entre las 11 am y las 17 pm. Este rango horario es el más peligroso para nuestra piel, debido a que el sol se encuentra en sus puntos más elevados.
Efectos de la radiación UV sobre la piel
A corto plazo, una exposición prolongada sin la adecuada protección se traduce en quemaduras de nuestra piel que van desde el enrojecimiento hasta la formación de ampollas, intolerancia a la exposición solar o incluso hospitalización. También puede conducir a la aparición de manchas por hiperpigmentación.
A mediano y a largo plazo, las continuas exposiciones al sol tienen un efecto acumulativo en la piel, y pueden provocar un envejecimiento de la misma, con el riesgo de desarrollar cáncer de piel. Por tal razón, es muy importante comenzar a desarrollar conductas adecuadas que nos permitan disfrutar del sol sin riesgos excesivos.
Obviamente, estos efectos varían de una persona a otra, dependiendo de su tipo de piel. Aquellas que tienen una piel más oscura, tienen mayor capacidad de soportar los rayos UV que aquellas con piel más blanca, las cuales tienden al enrojecimiento en mucho menos tiempo. Esto es debido a una distribución diferente de la melanina, que es el filtro solar natural que nos protege de los rayos UV.
Existen dos tipos de radiaciones UV, la A y la B. Los UV B están relacionados con el bronceado de la piel, ya que estos penetran menos en la piel. Los denominados bronceadores, casi en desuso, facilitan la penetración de estos rayos en la piel para que esta pueda adquirir tonalidad más rápidamente. Los UV A no producen bronceado o por lo menos, no uno duradero, pero están relacionados con los efectos dañinos a largo plazo ya que facilitan la formación de radicales libres, que son altamente energéticos y conducen a alteraciones celulares. Debemos tener en cuenta que, durante el invierno, la radiación UV B decae, pero la UV A permanece constante, por lo que es aconsejable seguir utilizando protectores durante todo el año.
¿Qué significa FPS?
El factor de protección solar presente en este tipo de productos se relaciona con el tiempo que nuestra piel tarda en enrojecerse durante una exposición al sol. Es decir, si la piel tarda 30 minutos en volverse roja sin protector solar, con uno que contenga un FPS 10, tardará 300 minutos en hacerlo (30 x 10). Hay que tener en cuenta que el FPS solo indica protección ante la aparición de eritema, pero no frente a los rayos UV A. Para esto, debe estar indicado en el envase que posee filtro UV A aparte del clásico UV B.
¿Cómo debo elegir el protector solar según mi piel?
El fototipo es la capacidad que tiene nuestra piel para asimilar las radiaciones solares. Existen 6 clases diferentes determinados por características físicas como el color de ojos, de cabello y la tonalidad de la piel. Conocer nuestro fototipo nos permite elegir el protector solar con el FPS adecuado.
Aunque esta información nos otorga una cierta tranquilidad con respecto a la protección, siempre hay que considerar utilizar accesorios como sombreros, gorras, anteojos oscuros con protección UV, y ropa adecuada durante actividades al aire libre.
Filtros físicos o químicos: ¿Qué protector solar usar?
Los filtros que contienen los fotoprotectores pueden agruparse en dos categorías, químicos y físicos.
Los Químicos son moléculas que pueden absorber radiaciones a la longitud de onda de los rayos UVA o de los UVB. Son los más utilizados en el mercado ya que no manchan la ropa y son transparentes (no dejan esa capa blanca en la piel). Al producirse una modificación en la estructura molecular del filtro cuando entra en contacto con los rayos UV, se pueden producir reacciones alérgicas, por lo que no deberían ser utilizados en personas con pieles sensibles o con pieles atópicas.
Por otro lado, los filtros Físicos están formados por partículas minerales que actúan reflejando parte de la radiación solar, particularmente los rayos UV, visible e, incluso, los IR. Sirven para bloquear ambas clases de radiaciones, UVA y UVB. Tienen como desventaja que pueden manchar la ropa, pero son menos propensos a producir alergias o irritaciones, por lo que deben ser los de elección para personas con piel sensible o atópica.
La mayoría de los fotoprotectores actuales combinan ambos filtros por lo que protegen contra ambos tipos de radiaciones UV, estos son los llamados “protectores de amplio espectro”.
¿Cuál es el mejor protector solar?
Aunque esta es una pregunta frecuente, no hay respuesta correcta para ella. El tipo de protector solar ya sea químico, físico o de amplio espectro, va a depender de cada persona y tipo de piel. Hoy en día podemos encontrar miles de protectores solares, para el rostro o corporales, con color, sin color, en formato crema o gel, aerosol, agua y muchos más. Te aconsejamos que consultes a un especialista para que te ayude a elegir el mejor protector solar para tu tipo de piel y qué protector solar comprar.
Sugerencia Nuages: Protectores solares para el rosto
Isdin Fotoprotector dry touch color gel crema fps 50
La Roche Posay Protector Solar FPS 50 Anthelios Shaka Fluido Sin Color
Sugerencia Nuages: Protectores solares para el cuerpo
LA ROCHE POSAY ANTHELIOS LECHE 50+ 100 ml
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Protectores Solares para bebés y niños
La mayoría de los protectores solares recomiendan su uso a partir de los 6 meses de edad. Esto no quiere decir que un bebé menor a 6 meses no deba usarlo, sino que no existen pruebas suficientes en individuos de esta franja etaria como para afirmar que el producto en cuestión no provoca reacciones de sensibilidad o alergias sobre la piel. En caso de no poder evitar la exposición al sol es recomendable consultar a un pediatra. Usualmente aconsejan aplicar una pequeña cantidad de protector solar sobre un brazo y evaluar los posibles cambios de color.
Siempre es necesario recordar que el protector solar no protege contra la deshidratación, que es el efecto que afecta más a los niños. También hay que tener en cuenta que los rayos UV pueden rebotar en los cristales que conforman la arena, por lo que pueden producir quemaduras en nuestra piel o en la de nuestro bebé, aún estando en la sombra. Es necesario que utilicen gorros y ropa con protección UV para evitar quemaduras solares.
Existen nuevos protectores solares especialmente para niños que son resistentes al roce, ya que ellos al jugar en la arena van perdiendo protector por contacto.
Sugerencia Nuages: Protectores solares para niños y bebés
Protector Solar Niños Vichy Idéal Soleil Enfants FPS 50+ x 300 ml
¿Los protectores solares pierden su efecto con el agua?
Siempre es importante retocar el protector cada 2 horas si solamente estamos expuestos al sol, o cada 1 hora si ingresamos al agua. Algo similar ocurre cuando practicamos deportes donde la sudoración suele ser mayor, por lo que la reposición del protector no debe olvidarse.
En la actualidad existen protectores solares resistentes al agua que continúan ejerciendo su efecto luego de baños prolongados o de sudoración intensa.
Sugerencia Nuages: Protectores resistentes al agua
AVENE PROTECTOR SOLAR SPF50+ FLUIDO SPORT X 100ML
Vichy Agua Protectora Solar FPS 30 – Antioxidante
¿Debo usar protector durante los días nublados?
Suele decirse que los días nublados son los más traicioneros, esto es debido a que las nubes pueden bloquear gran cantidad de la radiación IR proveniente del sol, que es la relacionada con la sensación de calor que sentimos. El común de la gente no utiliza protectores durante los días nublados, pero hay que considerar que las nubes no filtran los rayos UV por lo que también debemos protegernos en estos días como si fuese uno soleado y usar protector solar.
¿Cómo debo usar el protector solar?
Es necesario tomar conciencia que las exposiciones al sol, repetidas o no, pueden causar daños severos sobre nuestra piel. Es aconsejable siempre aplicar nuestro protector por lo menos 15 minutos antes de exponernos al sol y no olvidar cubrir zonas que solemos olvidarnos, como orejas, empeines y parte posterior de las piernas. Asimismo, debemos prestar especial atención a nuestros labios que suelen resecarse y agrietarse por el sol. Para ellos podemos utilizar un protector solar labial específico para nuestros labios con un FPS elevado. Algo novedoso en el mercado son los protectores solares específicos para las zonas sensibles de la cara como párpados o zona T.
Anthelios Stick Zonas Sensibles Fps 50+
Luego de una jornada bajo el sol, lo ideal sería hidratar nuestra piel con post solares, ya que estos tienen propiedades calmantes e hidratantes. Una alternativa cada vez más utilizada es el agua termal, que elimina la irritación cutánea después del sol.
Con el uso de un protector solar adecuado para nuestra piel podremos disfrutar plenamente del verano sin riesgo de sufrir desagradables quemaduras solares. El FPS elegido nunca debe ser menor a los recomendados por los dermatólogos, ya que sólo vamos a lograr una piel enrojecida que va a tender a la descamación y renovación, nunca al bronceado.